Es bastante frecuente encontrar en consulta pacientes que relacionan su obstrucción nasal con problemas estéticos. Si decimos que el tabique nasal proporciona soporte a la pirámide es fácil pensar que cualquier alteración del tabique se va a traducir externamente por una deformidad. Sin embargo, esto es solo cierto en aquellos casos en los que la deformidad del tabique afecte a sus límites. Es decir, solo cuando su borde caudal, su borde dorsal o su unión con la lámina perpendicular del etmoides o en la premaxila existan alteraciones, solo en estos casos esto tendrá una consecuencia estética.

Fotografías pre y postoperatorias que muestran como una intervención para corregir una deformidad nasal puede mejorar la estética del conjunto de la nariz.


Estos términos hay que tenerlos en cuenta cuando hacemos cualquier actuación sobre el tabique nasal. Nosotros podemos resecar todo aquel tabique que necesitemos pero sin afectar a sus límite, si no queremos producir una deformidad externa. En ocasiones actuamos sobre estos limites pero teniendo en mente el efecto que queremos obtener.

Si actuamos en demasía sobre el borde dorsal podemos ocasionar una deformidad en silla de montar. Si lo hacemos en su borde caudal, dependiendo de qué ángulo (anterior, medio o posterior) modificaremos la proyección de la punta, su ángulo de rotación o la longitud de la nariz.

El tabique nasal tiene influencia en la función respiratoria de la nariz, pero también en su aspecto estético.