La Rinoplastia se realiza bien por dentro de la nariz, usando instrumentos delicados especiales (abordaje cerrado) o bien a través de una pequeña incisión en la columela, que es la columna de piel que hay entre los orificios de la nariz (abordaje abierto). Esta incisión permite levantar la piel que cubre la nariz y poder trabajar sobre las estructuras nasales con precisión. Esta es la única diferencia entre ambas técnicas, ya que lo que hagamos después será lo mismo independientemente del abordaje.

Fase de osteotomías en una rinoplastia estándar.

La principal ventaja del abordaje abierto es que el cirujano puede ver, operar, fijar injertos con suturas, fotografiar y enseñar a otros cirujanos los cartílagos y huesos de la nariz. Nuestra experiencia con el abordaje abierto es muy amplia y prácticamente el 95% de las ocasiones utilizamos este abordaje.

Solamente en casos muy puntuales (punta nasal correcta, nariz no torcida,..) utilizamos el abordaje cerrado. Estos casos, desgraciadamente, son los menos.

Los huesos, cartílagos y tejidos blandos de la nariz son reducidos de tamaño, realineados y esculpidos para conseguir un efecto deseado y de apariencia natural, dando la impresión de nariz no operada.

Una rinoplastia básica conlleva, por término medio, unas 2 horas de quirófano. En casos de rinoplastia secundaria o reconstrucciones complejas este tiempo puede llegar a las 4-5. El tiempo en rinoplastia se consume en colocar y fijar injertos, puntos de suturas para remodelación, etc.. y es inevitable para conseguir que todo quede en su lugar adecuado.